martes, 25 febrero, 2025
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El productor retiene la soja a pesar de la baja de retenciones: cuáles son las razones?

A pesar de la rebaja temporal de retenciones, no se aceleró la venta.

A pesar de la reducción temporal en las retenciones a la soja, el trigo y el maíz, anunciada el 22 de enero, los productores no aceleraron sus ventas de granos, lo que genera un impacto en el ingreso de divisas al país. 

Según el análisis de Pablo Adreani, especialista en mercados agrícolas, varios factores explican esta reticencia.

Una baja que no se reflejó en los precios

Previo al anuncio de la baja de retenciones, los mercados operaban por encima del precio de paridad de exportación y la industria aceitera. Esto provocó que el beneficio de la reducción impositiva no se tradujera en una mejora significativa en los precios.

“Estamos ante un mercado de demanda, donde exportadores, molinos y aceiteras mejoran los precios de compra para atraer a los productores. Sin embargo, del lado de los productores no existe una necesidad imperiosa de vender, salvo para cumplir compromisos previos”, explica Adreani.

El caso de la soja: reservas y precios atractivos

Entre el 22 de enero y el 12 de febrero, los productores vendieron 11.000 toneladas de soja a la exportación y 943.000 toneladas a la industria aceitera. Sin embargo, estas ventas no se dieron como respuesta a la baja de retenciones, sino por necesidad de liquidez.

Actualmente, los productores aún retienen cerca de 12 millones de toneladas de soja física, que se estima serán vendidas de manera gradual hasta la entrada de la nueva cosecha en mayo de 2025.

Los precios también juegan un rol clave: la soja disponible se negocia a 313 dólares por tonelada, con una prima de 17 dólares sobre la posición abril (296 dólares por tonelada). Este diferencial incentiva la venta de soja almacenada, aunque parte de la producción podría mantenerse fuera del mercado hasta el próximo año fiscal.

Cosecha 2024/25: incertidumbre y restricciones

Las ventas de la nueva cosecha de soja también avanzan con cautela. Hasta el 12 de febrero, los exportadores compraron 140.000 toneladas, mientras que la industria aceitera adquirió 587.000 toneladas.

Los motivos detrás de esta retención incluyen:

  • Impacto de la sequía: la falta de lluvias entre diciembre y mediados de enero provocó pérdidas en cultivos de segunda y afectó la floración de la soja de primera, generando incertidumbre sobre los rendimientos.
  • Falta de previsibilidad: los productores aún no tienen certeza sobre el volumen de producción, lo que dificulta la planificación de ventas.
  • Reglamentación del ingreso de divisas: la obligación de liquidar las exportaciones dentro de los 15 días hábiles posteriores a la venta o registro limita la operatividad de los exportadores y aceiteras.

El maíz, con más movimiento

A diferencia de la soja, las ventas de maíz muestran mayor dinamismo. En el mismo período, se comercializaron 737.000 toneladas de maíz de la cosecha 2023/24 y 1,3 millones de toneladas de la cosecha 2024/25.

El mayor volumen de ventas de maíz responde a la proximidad de la cosecha de los cultivos tempranos y al hecho de que la exportación ya ha declarado ventas por 1,5 millones de toneladas, con embarques programados para marzo (908.000 toneladas) y abril (610.000 toneladas).

Ingreso de divisas: menor flujo en febrero

Pese al movimiento en el mercado de maíz, el flujo de divisas por exportaciones sigue condicionado por la retención de soja. Se estima que en febrero ingresarán 1.500 millones de dólares, una cifra que podría haber sido mayor si los productores hubieran vendido más granos tras la baja de retenciones.

La evolución de las ventas agrícolas en los próximos meses dependerá del clima, la estabilidad de precios y las decisiones políticas que afecten la comercialización. Mientras tanto, la estrategia de los productores sigue siendo esperar.

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