viernes, 5 septiembre, 2025
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«Cuando venís de abajo es una virtud saber pelearla»

El piloto argentino Nicolás Martín Varrone, de 24 años, vuelve a las pistas después del verano boreal esperando que le confirmen una vacante en la antesala a la Fórmula 1. Entre tanto, se prepara para las carreras de resistencia, donde también buscará sumarle puntos a la Superlicencia, requisito que exige la Federación Internacional del Automóvil (FIA) para entrar a competir en la categoría mayor del automovilismo.

La posibilidad de retomar el camino hacia la F1 surgió a finales del año pasado cuando General Motors (GM) la compañía automotriz con la que corre en el Word Endurance Championship (WEC), anunciara para el 2026 su incorporación a la más alta de las competencias, a través de Cadillac.

Además de ser piloto oficial de GM, Varrone está bien conceptuado por los resultados en las carreras de resistencia y por el vínculo forjado con la empresa norteamericana. Para lograr este ascenso, el paso preliminar debería ser Fórmula 2, aunque no es obligatorio. Casos como el Max Verstappen dan muestra que se puede llegar a la F1 desde otras categorías. Si, es condición reunir los puntos para la Superlicencia: a Varrone le faltan 28, que podrían obtenerse del WEC o de los monoplazas.

Oriundo de Ingeniero Maschwitz, provincia de Buenos Aires, el corredor aprovechó sus vacaciones para disfrutar de los afectos al mismo tiempo que se entrenó y practicó para lo que vendrá. En esta entrevista exclusiva para Página/12, en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez, habló de sus expectativas laborales.

–Cómo estás transitando la espera?

–Lo vivo con mucha naturalidad. A todos nos gana la ansiedad pero elijo enfocarme en la diaria. Si hay que entrenar en el karting o en la rutina física le pongo garra y profesionalismo. Si hacemos las cosas bien, el resto terminará llegando. Si se tiene que dar, se dará, pronto o en los próximos meses.

Varrone en la prueba de un monoplaza de la Fórmula 2.

La historia de Varrone en el automovilismo no siempre fue lineal sino que supo acomodarse a las circunstancias y a los recursos. Cuando ingresó al circuito internacional lo hizo a través de los vehículos con un solo asiento, alcanzando la victoria en la Fórmula Renault Francesa en 2018. Al año siguiente corrió en la Fórmula 3, sin embargo la falta de presupuesto y la Pandemia truncaron sus planes.

Volver al país y evaluar otros caminos, junto a su representante José Manuel Balbiani, le sirvieron para reinventarse. «La vida me estaba dando otra oportunidad» aseguró Varrone al recordar su incorporación al endurance a finales del 2020 cuando el equipo Rinaldi Racing le permitió demostrar su talento en las carreras de resistencia. Los resultados fueron tan favorables que en 2023 se coronó campeón del WEC y al año siguiente de las 24 horas Le Mans.

–¿Cómo surgió la idea de correr en la F2?

–A finales del año pasado, después del anuncio de General Motors, tuvimos la oportunidad de hacer las primeras pruebas y nos fue muy bien por eso se empezó a generar más expectativas, pero ya era tarde para tramitar cualquier admisión de cara al 2025. Las butacas son limitadas y son muchos los que esperamos una vacante.

Este entusiasmo se extendió a las redes sociales. Sus seguidores crearon el hashtag #NicoVarroneAF2 en X y se convirtió en viral por los reposteos de quienes aún sueñan con tener otro argentino en la máxima de las categorías.

–¿Si la butaca estuviera libre, tienen respaldo económico?

–Con el presupuesto venimos bien, muchas empresas se sumaron como sponsors. Si este año se presentara la oportunidad, tendríamos el dinero para afrontar el gastos. Eso a mí me da muchísima tranquilidad porque la financiación fue lo más difícil en mi carrera.

Desde los 7 años, empezó a prepararse en la escuela de pilotos del Kartódromo Internacional de Zárate. Pero no siempre pudo entrenar todo lo que hubiera querido. A pesar de venir de una familia de clase media, los costos para subirse a una pista, espaciaron sus prácticas. «Luchar con esas desventajas de no tener siempre dinero me enseñaron a sacarle el jugo a las situaciones», sostiene el piloto.

–¿Con cuál equipo correrías?

–Estamos hablando con varios equipos de F2 para que cuando se dé la posibilidad, ser la primera opción. Nada está definido y no me gusta vender falsas expectativas. Algunos decían que las vacantes se abrían en mayo, otros en julio pero aún no pasó nada, hay que seguir esperando.

Si bien su apellido tiene peso en diferentes escuderías, hay dos que estarían interesadas en guiar su desarrollo. Una de ellas es AIX Racing con quien rindió el test de pretemporada a finales del 2024 en el circuito Yas Marina, de Abu Dhabi, logrando el segundo mejor tiempo mientas que con Van Amersfoort Racing (VAR), las pruebas fueron durante mayo en las pista de Motorland en Aragón, alcanzando un rendimiento inesperado.

–¿Cuántas carreras deberías correr en F2 este año para acercarte a la F1?

–La idea inicial era hacer tres carreras para mostrar talento y ser competitivo desde el primer momento para quedar adentro del programa y proyectar hacia la F1 pero esto es paso a paso. Primero tengo que subirme a una butaca de F2 y andar bien. Después seguiremos trabajando para el siguiente escalón.

–Mientras esperás, ¿cómo sigue tu año laboral?

–Sigo corriendo en el WEC en la categoría Hypercar, para el equipo Proton Competition compartiendo el volante del Porsche con mis compañeros Neel Jani y Nicolás Pino. Nos restan disputar tres carrera: Estados Unidos, Japón y Bahéin y por el lado de Asociación Internacional de Deportes Motor (IMSA) participaré en la carrera de resistencia 10 horas Petit Le Mans en el circuito norteamericano Road Atlanta con el Corvette GT3 de General Motors.

–¡No parás! Hasta en tus vacaciones estuviste entrenando…

–Si, estuve entrenando mucho con Gastón Bergner la parte física, con el simulador y metiéndole al karting todo lo que pude.

–¿Por qué es tan importante la práctica en el karting?

–Las pistas son más chicas, es muy físico porque tu cuerpo es el que sostiene, todo pasa muy rápido, las distancias son más cortas y sirve mucho para los reflejos y la reacción. Además, es como volver al viejo amor (se ríe).

–¿Que seas argentino, marca diferencias con los demás pilotos extranjeros?

–Nosotros siempre estamos atrasados con la economía por los costos que requiere el automovilismo. Pero tenemos facilidad rebuscándola (se ríe). No es viveza sino adaptabilidad. La falta de recursos es lo que nos impulsa. Cuando venís de abajo es una virtud saber pelearla. Para mí no es excusa tener menos posibilidades. Cuando te ponés el casco tenés que ser igual o mejor que ellos.

–¿Cómo se siente ser argentino en el automovilismo internacional?

–Es un orgullo. Somos pocos los que estamos en Europa o en Estados Unidos, por eso queremos que las cosas salgan bien. Representarlos a es emocionante.

–¿Qué te dio el automovilismo?

–Me dio una pasión, un propósito y momentos que ni en mis mejores sueños podría haber imaginado. Las victorias son la recompensa a todos los años de esfuerzo.

–¿Qué te pasa cuando estás detrás del volante?

–Es como si estuviera en otra dimensión, sólo me concentro en ir más rápido y dar lo mejor. Me disocio del mundo y de lo que pasa alrededor. Es mi lugar seguro. 

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