Las imágenes perturbadoras quedarán grabadas en el rincón más oscuro de la memoria de los futboleros. La barbarie que se desató en la cancha de Independiente en la noche del jueves, en ocasión de partido de octavos de final de la Copa Sudamericana ante Universidad de Chile, exhibió escenas de un salvajismo primitivo, más propias de un motín en un pabellón carcelario que de un estadio de fútbol. Los números hablan de 125 detenidos, 19 heridos graves cuyas vidas no corren peligro y de los que 16 fueron dados de alta, y uno que se debate entre la vida y la muerte. Lo que las frías estadísticas no alcanzan a reflejar es el escenario dantesco que manchó la pelota de sangre, con apuñalados, vejaciones, personas ultrajadas y hechos espeluznantes que se vislumbraron delante de familias y niños absortos.
En ese contexto, dramático y lesivo desde el punto de vista humano, el aspecto deportivo queda relegado al plano de la nimiedad. Sin embargo, desde la Conmebol consideran que es necesario establecer sanciones contundentes y ejemplares para aleccionar, sentar un precedente y tratar de evitar que un suceso de estas características se repita.
La U había ganado el duelo de ida por 1-0 y la revancha iba 1-1 a falta de prácticamente todo el segundo tiempo. Lo que pasó en el césped, lógicamente, perdió relevancia y quedará raudamente conminado al olvido. La tendencia inexorable, de acuerdo a lo que pudo averiguar Olé, luego de la cancelación del encuentro, es que ambos conjuntos quedarán descalificados de la Copa Sudamericana. De esta forma, Alianza Lima avanzará directamente a la semifinal del certamen. Además, no se descarta que rija una prohibición para ambos equipos que les impida jugar torneos internacionales por un año, algo que todavía está en evaluación. Y la cancha del Rojo podría tener vedado el acceso de público durante ocho encuentros coperos.
La destrucción de la zona baja de la tribuna Pavoni alta. (Foto: AP/Gustavo Garello)
El descargo de la dirigencia de Independiente
Independiente envió a Asunción una comitiva encabezada por su presidente, Néstor Grindetti, el secretario general, Daniel Seoane, y el abogado de la institución, Maximiliano Walker. Los tres realizarán el descargo del club ante la Unidad Disciplinaria de la Conmebol, que se encargará de dictar la sentencia definitiva. “El partido fue cancelado por la gente de Universidad de Chile”, contó Grindetti, quien en su llegada a Paraguay avisó cuál va a ser el argumento de la dirigencia para defender sus intereses: “Tenemos derecho a pedir los puntos y no recibir ningún castigo. Está claro que el vandalismo lo cometieron los simpatizantes chilenos desde el comienzo del partido”. El dirigente, además, aseguró que el hecho de haberle asignado la tribuna Pavoni alta completa a la parcialidad visitante fue una determinación avalada por la casa que rige el fútbol sudamericano: “Eso fue consensuado con Conmebol y entre los clubes”. Por lo pronto, se habían vendido 2.500 entradas y ese sector, con capacidad para 4.500 espectadores, tuvo su capacidad colmada. Hubo hinchas que ingresaron con armas blancas y entraron al menos 37 personas que tienen derecho de admisión en Chile.
“Vemos claramente un error en la ubicación de los hinchas de la U en esa tribuna de arriba, con gente local abajo y sin separaciones”, le manifestaron desde la Conmebol a este diario. El Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, y el de la Provincia de Buenos Aires, que tiene a Javier Alonso como titular, se inculparon mutuamente. Gabriel Boric, presidente de Chile, realizó publicaciones en sus redes sociales, confiriéndoles a los hechos el status de una cuestión de estado.
Club Atlético Independiente –
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El argumento de la U. de Chile
El presidente de la U, Michael Clark, estuvo por la mañana en el hospital Fiorito de Avellaneda, donde se encontraban algunos de hinchas atacados. “Recién cuando todos estén a salvo decidiremos qué decisión futbolísticas tomar”, planteó, en un discurso muy prudente y diplomático. El club luego emitió un comunicado que sentó una postura más explícita: “A través de registros ampliamente difundidos por medios de comunicación y redes sociales se aprecia nítidamente la falta absoluta de resguardo por parte del club organizador y la policía, quienes en ningún momento garantizaron la seguridad de nuestros hinchas y nuestra delegación”.
La Conmebol ya abrió un sumario y en las próximas horas se espera una dura sanción para ambos clubes.
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