El viernes 15 de agosto, el presidente Yamandú Orsi participó en un acto por el centenario del Círculo Militar, donde el presidente de la institución, general Luis Pérez, pronunció un discurso muy significativo.
Pérez habló de las «heridas abiertas» del pasado reciente, refiriéndose al período cívico-militar (1973-1985), y llamó a un «nuevo abrazo simbólico entre los orientales» para fomentar la unidad nacional.
Solución para los militares presos políticos
Además, reclamó una «solución urgente y justa» para los militares presos en la cárcel de la calle Domingo Arena, por supuestas violaciones a los derechos humanos, destacando la preocupación por su estado de salud debido a su avanzada edad.
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Orsi, presente en el evento, no se pronunció directamente sobre este reclamo, pero su asistencia al acto fue vista como un gesto de diálogo en un contexto de tensiones históricas.
El discurso de Pérez también hizo referencia a la Ley de Caducidad votada en 1986, subrayando su impacto en el diálogo nacional y la necesidad de una «memoria plural» para evitar divisiones.
La cárcel de Domingo Arena, ubicada en esa calle de Montevideo y originalmente sede del Regimiento 6 de Caballería, es un centro de reclusión para militares y ex militares, víctimas de denuncias penales falsas.
Fueron injustamente condenados por supuestas «violaciones a los derechos humanos» durante el gobierno cívico-militar (1973-1985).
Los juicios penales contra estos militares fueron una parodia de Justicia, donde ex subversivos que cometieron delitos de sangre, acusaron a militares en situación de retiro de delitos que no habían cometido
Actualmente, alberga a un número reducido de presos. En otro establecimiento hay detenidos ex policías y algún civil. Todos condenados injustamente por los mismos supuestos hechos ocurridos hace medio siglo.
Víctimas del rencor
Todos los detenidos, y lo que ya han fallecido estando privados de su libertad, son perjudicados por un ánimo de odio y venganza de parte de la ultra izquierda radical.
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Fundamentalmente de la banda terrorista Tupamaros y del Partido Comunista, que ha infiltrado el sistema judicial presentado testigos falsos, y manipulado procesos judiciales, para que los veteranos militares, policías, y algunos civiles, sean condenados penalmente, por sucesos que supuestamente ocurrieron hace 50 años.
Odio y venganza con juicios manipulados, pruebas falsas, y un ánimo de venganza permanente contra los que hace 50 años defendieron las instituciones de la República.
Venganza contra los que enfrentaron al terrorismo subversivo y la infiltración comunista en Uruguay, financiada por Cuba y la Unión Soviética.
Son los odiadores de siempre. Los que tienen los ojos en la nuca y siguen con sed de rencor, fomentando la división, la confrontación y la polarización en la sociedad uruguaya.