Luego de dos semanas movidas en el mercado tanto de dólares como de pesos, el dólar pareció estabilizarse por debajo de los $1.300. El viernes, el tipo de cambio mayorista finalizó en $1.295 en el Banco Nación, nivel que si bien lo aleja del pico que alcanzó a mediados de julio, implica un salto de 6,6% en lo que va del mes. En la City se preguntan si después de este sacudón monetario y cambiario, el equilibrio entre los pesos y los dólares de la economía logrará un nuevo punto de equilibrio de cara a las elecciones de medio término.
El desarme de las LEFI, previsto en la hoja de ruta del equipo económico desde un año atrás y anunciado finalmente a inicios de junio último, provocó un gran desorden en el mercado. Pero el pronunciado vaivén de las tasas de corto plazo parece haber mermado en las últimas ruedas.
De esta manera, el «techo» para el tipo de cambio en torno a los $1.300 parece sostenerse, pero a cambio de un mayor costo del dinero y posibles tasas más volátiles.
«Si bien el estrés financiero en tasas en pesos continuó, con la caución operando en promedio en 61% TNA el martes, los activos locales en general mostraron una tendencia positiva a lo largo de los días. La curva de Lecaps logró acomodarse en torno al 40% anual el viernes, algo por debajo de lo visto la semana pasada. Al mismo tiempo, las tasas de los instrumentos CER a un año retornaron al 15%, tras haberse coqueteado con un 18% hace solo unos días», detallaron en GMA Capital.
En la consultora LCG señalaron que la volatilidad de tasas tendrá efectos en el costo del crédito y que se mantendrá por lo menos hasta fin de mes. «Habrá que ver qué tasas convalida el Tesoro, en este trade off entre tasas y tipo de cambio que por ahora parece surtir efectos (pero que sabemos queda marginado ante expectativas de depreciación muy arraigadas). Más allá de esto, si el BCRA se mantiene ajeno de intervenir en el mercado de lecaps y a habilitar una ventanilla de liquidez, la volatilidad de tasas tenderá a ser la norma», apuntaron.
Por el contrario, en la consultora Quantum anticiparon un nuevo punto de equilibrio entre las tasas en pesos y el precio del dólar. «Luego de las turbulencias iniciales post eliminación de las LEFIs las tasas de interés se están reacomodando. En esta transición también se reubican los niveles del tipo de cambio y de los agregados monetarios, que encontrarían un nuevo equilibrio», aseguraron en un informe.
Más allá de las dudas, en la City rescatan puntos positivos de la «tormenta de pesos» que desató el fin de las LEFI. Uno de ellos es la mejora del tipo de cambio real, justo en un momento donde el aporte de las liquidaciones del agro tenderá a desaparecer en el mercado de cambios.
«Desde la flexibilización del cepo cambiario a mediados de abril, el tipo de cambio real multilateral se incrementó un 15%, mientras que el tipo de cambio real bilateral con Estados Unidos avanzó un 10%. Esta mejora responde principalmente a una mayor depreciación del peso sin un traslado significativo a los precios, combinada con una debilidad global del dólar. Si el se mantiene acotado, el fortalecimiento cambiario contribuirá a contener el deterioro de las cuentas externas», señalaron en Cohen.
«Este tipo de cambio más alto podría jugar a favor de la cuenta corriente en la segunda mitad del año. Las cuentas externas enfrentan un escenario complejo, ya que se espera una caída de las exportaciones del agro, afectadas por la estacionalidad y bajos precios internacionales. Esto último también atravesaría al sector energético, que hasta mayo había generado exportaciones por US$4.258 millones», sumaron en GMA.
Hacia adelante, el consenso de la City es que puede alcanzarse un nuevo equilibrio, aunque frágil. «Se logró controlar las presiones cambiarias a base de intervención en futuros y salto de la tasa de interés», explicaron en la administradora de fondos Mega QM. «El equilibrio actual, luego de los saltos en las tasas de interés, luce débil. Un equilibrio débil pide una tasa real de interés más alta para sostenerse», sumaron