El Ministerio de Salud anunció este miércoles que despidieron a 110 trabajadores del Hospital Nacional Alejandro Posadas como parte de un “reordenamiento profundo de los hospitales nacionales”. El Gobierno argumentó que los afectados “no trabajaban” ni “cumplían sus funciones”.
Los despidos ocurren en medio de un fuerte enfrentamiento de los médicos residentes con la gestión libertaria. El miércoles pasado, los profesionales se sumaron al reclamo del Hospital Garrahan por mejoras salariales en la marcha frente al Congreso.
La semana pasada renunció el director ejecutivo del Posadas, con quien los profesionales tenían “un buen diálogo”.
El comunicado completo del Ministerio de Salud
“En el camino hacia una salud pública eficiente, transparente y al servicio de los argentinos, el Gobierno Nacional continúa con el reordenamiento profundo de los hospitales nacionales. Como parte de este proceso, se decidió despedir a 110 personas del Hospital Posadas que no cumplían con sus tareas.
Se trata de personas que directamente no iban a trabajar. Luego de auditorías internas y controles de asistencia, se comprobó que estos contratados no cumplían con sus funciones o presentaban ausencias reiteradas injustificadas. Cada caso fue evaluado individualmente, y se siguieron todos los procedimientos legales y administrativos correspondientes.
En esta gestión no hay lugar para ñoquis ni acomodos. Cada peso que se malgasta en quienes no trabajaban, ahora se va a invertir en quienes sí ponen el cuerpo todos los días, en mejores insumos, equipamiento y atención para los pacientes.
Además, el Ministerio de Salud solicitó a la Secretaría de Trabajo que levante de inmediato la Conciliación Obligatoria dictada por la situación del Hospital Garrahan, debido al incumplimiento deliberado del sindicato ATE. El gremio eligió violar la ley y perjudicar a los pacientes. Por eso, también avanzaremos con el descuento del día a todos los trabajadores que se sumaron a estas medidas de fuerza ilegales. En esta gestión, nadie está por encima de la ley. El que no cumple, paga las consecuencias.
Los hospitales no son refugios políticos ni oficinas de empleo: son espacios donde se salvan vidas. Vamos a seguir limpiando el sistema, sin miedo y sin pausas, para que la salud pública vuelva a estar al servicio de la gente y no de la casta política sindical.»
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