La aerolínea Flybondi desistió de salir a cotizar en Wall Street, tal como había anunciado en 2023.
A través de una comunicación emitida a comienzos de mes, la línea aérea “low cost” con base en la Argentina informó “canceló la adquisición de Integral Acquisition Corporation 1 (NasdaqGM:INTE) a Integral Sponsor LLC, Mizuho Financial Group, Inc. y otros en una operación de fusión inversa”.
Esa cancelación, en los hechos, significa que Flybondi no hará un intercambio de acciones con una firma que ya cotizaba en Wall Street (Integral) con la cual buscaba una capitalización para potenciar su operación.
La línea aérea está controlada por fondos de inversión y accionistas individuales, encabezados por el fondo estadounidense Cartesian. Sin embargo el CEO de Flybondi, Mauricio Sana, envió una carta a sus empleados al día siguiente de que cancelaron la salida a Wall Street, en la que les informó de negociaciones con un nuevo accionista.
“Como saben, estos últimos meses han sido complejos para el negocio y la operación. En este contexto, junto a Cartesian, accionista mayoritario de Fly, estuvimos súper enfocados en la búsqueda de inversión que nos permita seguir creciendo», dijo Sana en su comunicación interna. «Estamos convencidos de que ser una aerolínea argentina listada en Nasdaq sigue siendo algo muy bueno para todos, y que seguramente retomará su camino más adelante”, agregó.
Además de la tarea puramente informativa, Flybondi venía de otorgar a cada uno de sus empleados acciones de la compañía. De modo que la caída de la salida a la bolsa en Nueva York podría tener impacto adicional en aquella decisión.
Fundada en 2016, Flybondi fue tras la salida de LATAM Argentina la segunda aerolínea del país, detrás de Aerolíneas, pero acaba de ceder esa posición a JetSmart en cuanto a cantidad de asientos disponibles.
La empresa viene atravesando momentos turbulentos: fue intimada en diciembre del año pasado por la Secretaría de Transporte de la Nación por las reiteradas cancelaciones de sus vuelos. Según el organismo oficial, sólo durante noviembre del año pasado hubo 384 cancelaciones sobre un total de 1991 vuelos (más de 20%), además de 700 reprogramaciones.
Más adelante, durante el verano, según una denuncia del fiscal Carlos Rívolo, Flybondi habría utilizado sus talleres de mantenimiento de aviones en Ezeiza y Aeroparque a pesar de que estaban clausurados por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
La denuncia de Rívolo fue tomada por el juez federal Ariel Lijo e involucra tanto a la ex titular de la ANAC, Julia Cordero, como al propio CEO de Flybondi Mauricio Sana, entre otros.
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