Así como todos los años en el deporte estamos ante “la pelea del siglo”, siempre surge el rumor ante el primer pulso polar de que estaremos ante el peor invierno de la historia. Todos esperando nieve, re manijas por el Eternauta, pero otros ven con preocupación si van a alcanzar las mantas y que no arreglaron el cierre de la campera. Los más friolentos piensan en si se vienen tres meses seguidos tiritando en la parada del bondi, mientras que muchos cuanto se va a poder ahorrar en luz y gas. Por su parte, los más alarmistas vaticinan un crudo invierno, por lo que se preguntan si Buenos Aires vivirá en unos días el comienzo de una era glaciar.
Pues no, amigos. No habrá titulares rutilantes para presentar al invierno 2025. No será muy diferente a los demás ni presentará anomalías por lo que, antes de referiros al análisis de datos, ya tenemos la primera certeza: usted sufrirá las bajas temperaturas como en cualquier otro año, ni más ni menos. La sensación que quedó después del pulso polar de la semana pasada es que la estación más fría del año va a ser larga y nos quedan muchas olas polares por delante, apreciación que no es correcta.
Antes de empezar, también quiero extender las plegarias de cada lector y pedir ante cada deidad e hincado ante el universo mismo por cada caloventor y cada calefón, que reciban la protección necesaria y tiren por lo menos cuatro meses.
Veamos el gráfico de tendencia trimestral de temperatura elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), donde se establece una escala de colores en base a la temperatura esperada y la estadísticamente normal. No hay ningún área del territorio argentino que espere temperatura más baja que lo normal.
La ilustración muestra una zona térmicamente normal sobre el este de Salta, centro-oeste de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Córdoba, este de San Luis y sur del Litoral. También muestra una zona de color rosa que sería el área de un invierno normal o con temperaturas levemente superiores sobre el norte del Litoral, región del NOA, Cuyo, La Pampa y Buenos Aires. El último sector es el rojo claro, que es el que responde a temperaturas más altas que lo habitual y abarca la Patagonia completa hasta las Islas Malvinas. Esperemos que haya buena nieve para los centros turísticos, sin tantos cortes de los pasos de frontera.
Por el lado de la lluvia, se corrobora que estamos en una fase entre el Niño y la Niña, aunque no todas las porciones del país recibirían los mismos acumulados que de costumbre.
El área blanca del mapa indica sectores que no sufriría una variación en cuanto a lo que suele llover en el invierno. Se esperan registros de lluvias inferiores a la normal hacia el sur de Cuyo y noroeste de Patagonia, mientras que el noreste patagónico tendría acumulados entre lo normal e inferior. En Corrientes, este de Formosa, este de Chaco, sur de Misiones y extremo sur de Patagonia no esperan nada fuera de lo común. Puede que no sea un invierno tan seco en el este de Salta, centro-oeste de Formosa y Chaco, Santiago del Estero, oeste de Santa Fe, Córdoba, este de San luis y este de Buenos Aires. Esto se debe a que se encuentran entre los parámetros normales y hasta superiores. El sur del Litoral sería el área que espera más lluvia de normal para los próximos tres meses.
Cabe aclarar que son tendencias trimestrales y que todas las zonas pueden quedar expuestas a algún evento de lluvia intensa.
Para aquellos que dudan si estamos transitando días fríos, recordemos los datos estadísticos de junio: la mínima media es de 8,4ºC y la máxima es de 16ºC. El día más caluroso para un mes de junio se dio en 1951 con 28,5ºC y el más frío fue de -5,3°C en 1967. Es el mes más seco del año con 62,9 mm. El mes de junio más lluvioso fue el de 2019 con 175,4 mm, y el más seco fue en 2022, sin lluvias. El día que más llovió fue el 14 de junio de 1972 cuando se acumularon 76,9 mm. Junio suele mostrar algunos días con descenso de aire caliente y aumento de temperatura, lo que coloquialmente se lo conoce como el “Veranito de San Juan”.
Las temperaturas históricas invernales marcan que el día más frío, récord de mínima para Buenos Aires, fue de -5,4 °C el 9 de julio de 1918. Mientras tanto, la temperatura más alta alcanzada durante algún invierno fue 34,4°C el día 30 de agosto de 2009.
Por lo visto, la zona del estuario del Río de la Plata tendrá un típico invierno, sin más frío de lo estadísticamente acorde a esta época del año.
@JopoAngeli