“Voy a quemar la casa con vos adentro; voy a matar a todos; esto no va a quedar así”, decía un joven de 23 años, mientras era detenido por la Policía en el capitalino barrio Esperanza, donde protagonizó un escándalo y lastimó de un golpe en el rostro a una oficial.
A pesar de la fuerte resistencia a patadas, trompadas y un intento de escape, a través de otras propiedades, el muchacho en estado de alteración pudo ser reducido y llevado a la comisaría seccional Decimocuarta.
Julio Antonio C. llegó al domicilio de su madre a pesar de una prohibición judicial de acercamiento.
Luego de violar la medida, impuesta para proteger a su familiar, el joven ingresó a la casa de la que fue expulsado ante sus actos constantes de violencia y robos.
Anteayer, a la tarde, la Policía recibió un llamado al sistema de emergencias 911 referido a incidentes en una casilla situada a un costado de calle Abitbol, frente a la denominada “cancha grande”.
En respuesta, concurrieron el cabo Pablo Lencina y la oficial ayudante Fernández de la comisaría Decimocuarta.
Apenas llegaron vieron a la dueña llorando, pidiendo auxilio y que “por favor detengan a mi hijo”, quien sustraía diversos elementos y tenía prohibido acercarse a ella.
En todo momento Julio C. demostró enojo y rechazo a los uniformados hasta escalar una pared en procura de cruzar a la propiedad de un vecino.
La persecución tuvo picos de suma tensión porque el joven comenzó a lanzar golpes. Una de las trompadas hacia la pareja de policías impactó en el rostro de la oficial Fernández, a la altura de la boca.
Al paso de algunos minutos de máxima tensión pudieron reducir a Julio, colocándole las esposas de seguridad.
“Esto no va a quedar así; voy a quemar tu casa con vos adentro”, gritó el sujeto mientras miraba a su madre.
La mujer, que durante mucho tiempo vive una pesadilla ante los actos de su hijo, como ser malos tratos, robos, amenazas, dijo que hace meses llegó a denunciarlo hasta lograr la exclusión del hogar.
El detenido ha sido acusado en esta ocasión de atentado y resistencia a la autoridad, pero también por “desobediencia a una orden judicial”.