martes, 29 abril, 2025
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Iván Dornelles: Francisco nos deja una Iglesia renovada

El religioso correntino que se desempeña en la Arquidiócesis de Buenos Aires rememoró el día en que Bergoglio lo instó «a no cambiar de esencia y desde ahí, brindar lo mejor para el mundo». Contó anécdotas que ilustran la vida del Pontífice, haciendo hincapié en el legado para el catolicismo y futuras generaciones. «Plantea una religiosidad simple, cercana y despojada», puntualizó.

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El obispo auxiliar de Buenos Aires, Iván Dornelles fue entrevistado en el programa La Otra Campana, que se emite simultáneamente por LT7 Radio Corrientes y LT 25 Radio Guaraní, de Curuzú Cuatiá.
En amena conversación con el periodista Gustavo Adolfo Ojeda, el religioso hizo una semblanza del Papa Francisco, a quien tuvo oportunidad de tratar.
A continuación, lo más sobresaliente de la conversación.
¿Qué legado nos deja Francisco en general y a vos, en lo particular?
-Bueno, el año pasado tuve la sorpresa de que el Papa había decidido esto, ¿no? Había esta propuesta de ser obispo auxiliar de Buenos Aires, yo la recibí con mucha alegría, a su vez también con un poco de miedo, ¿no?, de este paso que uno va a dar, digamos. Yo tuve también la gracia de que el Papa me pudo ordenar de sacerdote acá en Buenos Aires en el año 2007, y vine a Buenos Aires como todo joven del interior, ¿no?, como uno que sale a buscar nuevos horizontes, vine a Buenos Aires, estudié abogacía, después ingresé al Seminario, y bueno, y se dio como este devenir histórico. En el año 2000 ingresé al Seminario, 2007 de sacerdote, y el año pasado, 2024, de obispo para esta ciudad. Así que lo recibo con mucha alegría. Y en cuanto al legado que me decías, yo creo que es como un legado al mundo, primero, que me parece que es la paz, la fraternidad, vivir en un mundo distinto, en el que nos tratemos como hermanos, algo amplio y grande, digamos, invitando a que se respete la dignidad de las personas, al cuidado de la casa común del mundo, de no maltratar el mundo, que tiene que vivir para las próximas generaciones. Pero sobre todo, si marco uno en este tiempo, es el de la paz, que mucho le preocupaba al Papa. Y después, en cuanto, mirando más hacia la Iglesia, una Iglesia como más encendida, más dinámica, una Iglesia en la cual todos puedan estar y participar, una Iglesia que se acerque, una Iglesia que sea, él decía, como «hospital de campaña».
De los encuentros que tuviste con Su Santidad, ¿qué frase o gestos recordás?
-Mirá, siempre él se quedaba con algo de lo personal. Cuando te conocía se quedaba con algo tuyo personal. O naciste en este lugar, o tenés esta cosa, o te gusta un cuadro de fútbol, o no sé, él captaba algo. Y a mí siempre me marcó por ser de Corrientes, entonces, me acuerdo de una primera charla que tuve con él en el Seminario, me dice: «Pero tu acento, ¿de dónde sos?», y me pregunta: «¿Conservás tu acento todavía?». Bueno, cosas así. Después, cuando lo fui a ver, la primera vez en la plaza, durante la audiencia grande, él va saludando, saludando, y cuando llega a nosotros, todos compañeros de curso, los que nos ordenamos de sacerdote ese año, me grita: «¿Qué hace un correntino en Roma?» (Risas). Después, ya más privadamente, esto de «No pierdas tu correntinidad», a mí eso me marcó mucho, que esto es una cuestión personal, ¿no? Como esta cosa, esto de, bueno, sé vos quién sos, conservá tu forma de ser, si sos así como sos, vas a dar lo mejor al mundo, a la Iglesia, a los que te rodean.

PERSPECTIVA

¿Qué impronta deja Francisco en la historia del catolicismo?
-Bueno, él tuvo bastantes, es como una rueda cuando entra a un campo virgen, así, ¿no? Que va dejando huellas. Yo creo que él también continúa un poco lo de los papas anteriores y profundizó, me parece. Primero, un dato es la participación de la mujer. En varios estamentos del Vaticano y de la Iglesia, la participación de la mujer. El llamado también a que la liturgia y los que la hacemos entre en diálogo cercano con las personas, ser compasivo, cercano, etcétera, eso también marca. También me parece que mostrar una Iglesia más simple, en un sentido, más cercana, más despojada. Y él mismo se vestía de esa manera, los zapatos viejos, bueno, un montón. Siempre a Bergoglio hay que entenderlo en cuanto a sus gestos. ¿Qué es lo que hacía? Él quería transmitir algo. Usaba los zapatos viejos porque quería decir algo. Si usaba o si no usaba, si se ponía, si iba o si venía, ¿no? Me parece también así como un gesto, como algo que va a quedar. Recuerdo, se cansó hablar de la misericordia, de la nueva oportunidad, de la cultura del encuentro, mil veces.
A partir del ungimiento de Francisco, se reivindicó mucho el perfil jesuita en la Iglesia, me parece.
-Te cuento algo de esto que me decías ahí, como jesuita, él era enamorado de las misiones jesuíticas de ahí, de Corrientes, de Misiones, del Paraguay, ¿no? Ellos, la Compañía de Jesús, en su momento impuso un sistema nuevo en estos lugares, para evangelizar a los guaraníes, y respetando como su cultura y su forma de ser, así que fue extraordinaria la obra de los jesuitas, hasta la expulsión que tuvieron, ¿no? En Córdoba, los jesuitas trajeron la primera universidad a nuestro país, y las famosas estancias, con lo que producían esas estancias, pagaban todo lo que demandaba, todo ese gasto… Pero, te cuento una anécdota, en el 2008 o 2009, lo voy a ver a Francisco, a Bergoglio acá, y me dice «Mirá, me llegó este libro, que es la copia del primer libro que se imprimió ahí en la Candelaria Misiones, que estaba la primera imprenta que habían traído. Es una copia de ese libro -dice- te lo voy a regalar». Bueno, yo le digo, pero no me lo regales a mí, sabés que yo lo voy a leer un poco, pero, dedicáselo para la Biblioteca de Alvear. Entonces, bueno, y él me dice: «Mirá -con la humildad- bueno, ¿y qué le pongo?». Me dice: «Bueno, estimados miembros de la Biblioteca de Alvear, Biblioteca Pública, les regalo este libro que cuenta sobre las misiones jesuitas», y lo firmó él, y cuando fui, bueno, se los llevé de regalo en ese año, 2009, 2010. Recuerdo bien. Y ahí lo tienen de regalo, ¿no? Esto que vos me decías, sobre La Cruz, las misiones jesuíticas, y el amor que él tenía por todo ese tema, ¿no? Era un enamorado. Y lo segundo que vos me decías, en cuanto a la crisis, ciertas cosas, sí, yo creo que el Papa Francisco, en un primer texto, documento de la Iglesia, que se llamó La Alegría del Evangelio, que es totalmente vigente, los animo a leer, o a leer resumido en las redes, resúmenes de eso, él hace un punteo como: ¿La Iglesia ahora qué necesita? Mirá hasta los detalles que llega. Dice, las homilías no tienen que superar más de 5 o 8 minutos, las predicaciones tienen que ser así, no tenemos que ser aduana, cuando alguien viene a la parroquia, no seamos aduana, a ver qué te saco, o con qué no te dejo pasar, o te cuestiono.

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