(Por Juan José Domínguez, publicado en ELDIARIOAR) – Javier Milei, presidente de la Nación, cerró 2024 enfrentando un panorama legislativo complejo, marcado por logros parciales y constantes tensiones. Su discurso inaugural en diciembre de 2023 lo dejó mal parado frente al Congreso al calificarlo como un “nido de ratas”. Sin embargo, las circunstancias lo obligaron a tender puentes y tejer alianzas con sectores políticos diversos para avanzar con su agenda.
La aprobación de la ley de Bases marcó el único gran éxito legislativo del oficialismo, aunque llegó tras meses de negociaciones y enmiendas. Este proyecto incluyó una reforma laboral no contemplada inicialmente y un paquete fiscal que reinstaló el impuesto a las Ganancias para los trabajadores. Fue una jugada paradójica, considerando que Milei había apoyado la eliminación de ese gravamen como diputado.
El Congreso también rechazó el DNU 70/2023, que buscaba desregular amplios sectores económicos, convirtiendo a Milei en el primer presidente al que se le anula un decreto de necesidad y urgencia en ambas cámaras. Además, enfrentó la caída de otros proyectos clave, como el veto a la mejora jubilatoria y a la ley de financiamiento universitario, lo que desencadenó fuertes protestas sociales y pérdida de respaldo.
A pesar de estas derrotas, Milei logró consolidar un bloque leal en Diputados, bautizado como la “legión de héroes”, con el apoyo de aliados del PRO y sectores disidentes de la UCR. Estos acuerdos le permitieron bloquear iniciativas opositoras, como la insistencia en la mejora jubilatoria, celebrando su éxito con un asado en la quinta de Olivos.
El cierre de 2024 encontró al presidente tomando decisiones pragmáticas, como la prórroga del Presupuesto 2023 elaborado por Sergio Massa. Esta medida, aunque cuestionada por su desprecio institucional, fue defendida como una herramienta para mantener el equilibrio fiscal.
Con la mirada puesta en 2025, Milei enfrenta el desafío de expandir su representación legislativa. Necesita fortalecer alianzas y captar nuevos adherentes en un contexto de alta hostilidad parlamentaria. Mientras tanto, su estrategia pragmática y controvertida promete seguir polarizando el escenario político argentino.