Por Nico Reif para Corrientes de Tarde
Con la finalización de la Liga Profesional y del año futbolero en Argentina (amén del trofeo de campeones) arranca una nueva etapa de definiciones para los clubes de cara al 2025 que atraerá la atención de propios y extraños.
Rumores, operaciones, llegadas, salidas, continuidades, todo tipo de (des) información que ya impregna los días de los medios de comunicación masivos, y que, de hecho, lo ha venido haciendo desde hace un largo tiempo. Pero más allá de la pluralidad que se le atribuye en esta columna al universo de un mercado de pases que atraviesa a todas y cada una de las instituciones del país, el espectro de las emisiones mainstream la recorta significativamente para enfocarse únicamente en aquellas que tienen un nivel de repercusión medio/alto.
Muy probablemente cuando uno encienda la televisión y vaya directo a los grandes canales del deporte, lo primero que encontrará es a un cronista o un conductor hablando sobre la posibilidad de que un jugador estrella de retorne a uno de los dos gigantes futboleros del país, o sobre la posibilidad de un crack europeo (en el ocaso de su carrera) de hacer lo mismo.
Recién en tercer o cuarto orden, aparecen las noticias del resto de los equipos denominados grandes, y mucho más allá en las sombras algún eventual interés sobre los demás clubes de primera división, cuando esa entidad toma notoriedad por alguna situación en particular, sea negativa o positiva.
La polarización informativa es algo que a esta altura no nos sorprende, pero que no deja de manchar continuamente la noción primitiva del periodismo, de ser un intermediario entre el protagonista y el espectador en cualquier tipo de situación referente no solo a lo que más popularidad genera, sino ante cualquier suceso que merezca ser comunicado.
El cambio de paradigma, mediante el cual, el propio medio decide qué es y que no es comunicable o difundible, ha traído como consecuencia un amplio nivel de ignorancia o indiferencia, sobre cuestiones, que en otros tiempos eran de público conocimiento y que alimentaban debates de los más diversos en las charlas de café.
Será el propio espectador el que tendrá que tomar el toro por las astas y abandonar la transmisión monotemática para sumirse en programas de mejor y más variada información.