La Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtió sobre los desafíos que enfrentará la producción, con precipitaciones limitadas que podrían beneficiar y afectar a distintas regiones productivas.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtió sobre los desafíos que enfrentará la producción, con precipitaciones limitadas que podrían beneficiar y afectar a distintas regiones productivas.
18 de Diciembre, 2024
Con la llegada del solsticio que marca el incio del verano, este sábado 21 de diciembre, el panorama agroclimático para Argentina se presenta marcado por intensas oscilaciones térmicas y precipitaciones desiguales, según el informe emitido por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
Altas temperaturas dominarán el área agrícola. El avance de los vientos del Trópico impulsará registros superiores a lo normal en la mayoría de las regiones productivas.
Las máximas excederán los 35°C en áreas clave como el este del NOA, la región del Chaco, y el norte y oeste de la región Pampeana.
Solo zonas como el litoral atlántico registrarán valores más moderados, gracias a la influencia de los vientos marinos.
Precipitaciones localizadas: ¿oportunidad o desafío?
Las lluvias serán limitadas y desiguales. Un frente tormentoso dejará aportes importantes (25 a más de 100 mm) en sectores del oeste y norte del área agrícola, abarcando regiones como el NOA y el oeste pampeano.
En contrapartida, vastas zonas del centro y sur del país enfrentarán déficit hídrico, con registros por debajo de los 10 mm, un dato preocupante para la campaña agrícola en marcha.
Ola de calor y heladas: un mix climático complejo
Durante esta semana, también se espera la llegada de una masa de aire polar que generará temperaturas mínimas bajo lo normal.
Esto incluye riesgo de heladas localizadas en las serranías bonaerenses y temperaturas cercanas a 0°C en partes del NOA y Cuyo.
Este patrón será interrumpido momentáneamente por vientos cálidos desde el norte, pero finalizará con un nuevo descenso térmico.
Además, el pronóstico reveló que el impacto climático será particularmente severo para los cultivos de verano, como el maíz y la soja, que atraviesan etapas clave de desarrollo.
Las precipitaciones limitadas en amplias áreas centrales podrían comprometer el llenado de granos, mientras que las temperaturas extremas incrementarán la demanda hídrica, dificultando la recuperación de los suelos ya afectados por sequías previas.
Contrastes regionales y oportunidades en el norte
A pesar de un panorama general complejo, las regiones norteñas y el oeste del país podrían tener oportunidades de mejora.
Las lluvias previstas en áreas como el NOA y el oeste de Cuyo podrían consolidar rendimientos superiores al promedio si las precipitaciones efectivamente se concretan en las semanas próximas.
Por otra parte, la ola de calor plantea riesgos adicionales más allá de los cultivos. El incremento en las temperaturas intensificará el estrés hídrico para el ganado, especialmente en áreas con menor disponibilidad de agua.
También aumentará la vulnerabilidad ante incendios en regiones con vegetación seca.